Extracción ilegal de Casiterita
Edición especial #03
Todo sugiere que los impactos de la minería irregular e informal de casiterita y coltán irán en ascensos en los próximos meses. No deja de llamar la atención cómo esta minería pasa desapercibida para la opinión pública. No son tan dramáticos sus impactos sobre el paisaje y la vegetación, como los de la minería aurífera, pero puede estar generando impactos insospechados sobre la salud.
Tendencia
La minería de casiterita en la Amazonía venezolana ha crecido notablemente en los últimos años, con actividades en varias regiones a pesar de las prohibiciones establecidas para proteger el medio ambiente y las comunidades indígenas. En el estado Amazonas, donde la minería está prohibida desde 1989, se han registrado casos de extracción y transporte ilegal de este mineral estratégico. A pesar de los esfuerzos por frenar la minería ilegal, las redes de contrabando continúan operando con la participación de comunidades indígenas y la autorización de algunos sectores gubernamentales, facilitando el traslado del mineral hacia centros de procesamiento en otras áreas del país, como Los Pijiguaos, en el estado Bolívar.
El auge de la minería de casiterita también ha generado desplazamientos de mineros ilegales y aumento de las actividades en zonas indígenas y parques nacionales. Con la intensificación de las operaciones de las fuerzas armadas en la zona de Yapacana, algunos mineros han migrado a otras localidades como Las Piedritas, en Bolívar, o incluso cruzado la frontera hacia Brasil, adaptándose a las restricciones mediante rutas alternativas y métodos de transporte inusuales, como el uso de helicópteros militares. Además, se ha reportado la presencia de actores extranjeros en alianza con personas vinculadas a las fuerzas armadas venezolanas, lo que evidencia una red organizada de explotación y comercialización.
La asignación del derecho exclusivo de explotación de casiterita a la Corporación Venezolana de Minería (CVM) en 2024 marca un cambio en la estrategia del Estado venezolano, que ahora busca capitalizar este recurso mediante exportaciones a China y otros países que conforman el bloque BRICS. Este anuncio del Nicolás Maduro sobre la exportación de grandes cantidades de casiterita, incluyendo el envío de 54 toneladas desde el puerto de La Guaira, subraya el enfoque de la dictadura en aprovechar a toda costa la minería como fuente de ingresos. Sin embargo, esta actividad conlleva riesgos ambientales y de salud pública, ya que en algunas zonas se ha detectado la presencia de elementos radiactivos en la casiterita, afectando a trabajadores y pobladores locales, lo que plantea desafíos urgentes en términos de regulación y protección del ecosistema amazónico.