Situación de las minas en Apoipó

El día 15 de junio, una maestra originaria de Apoipó explicó sobre el descenso de la extracción minera en su comunidad, Apoipó, donde se practica la minería desde los años 80. La mayor parte de estas minas se encuentran sobre el margen izquierdo del río Caroní, límite del parque nacional Canaima. Inicialmente allí trabajaban brasileños, fundamentalmente, dentro de los ríos, pero alrededor de 2013 se intensificó la extracción minera en una zona de sabana y en el propio río Kukenán (Caroní). Posteriormente, la comunidad sólo permitió el acceso a indígenas e incluso, en un momento dado, se limitó la entrada de miembros de otras comunidades indígenas, como Manak Krü. Indígenas y dueños de máquinas no indígenas, en sociedad, utilizan maquinarias para tumbar barrancos cuyos materiales luego pasan por las llamadas lavadoras y tames. Entre 2019 y 2021, en Apoipó se produjeron varios derrumbes y docenas de muertos. La maestra contó que allí ya no quedaba nadie, que sólo continuaban trabajando personas de otras comunidades indígenas y que el sitio quedó arrasado por los trabajos mineros previos.

Otra fuente confirmó que efectivamente hay menos personas en Apoipó. Pero, según su versión eso se debe a que a las balsas que trabajan en el río Kukenán se les dificulta mucho funcionar ante la subida del nivel del río a causa de las lluvias. Explicó que los buzos no pueden mantenerse en aguas tan profundas, en donde las temperaturas llegan a ser muy bajas y los buzos "se congelan".

Usan palas porque el uso de máquinas es cada vez más costoso

Explicó que, en este momento, la mayoría de quienes trabajaban en Apoipó (Sector 6) lo hacían manualmente, con palas, porque en tierra es cada vez más costoso el uso de máquinas debido al costo de la gasolina. Los paleros utilizan el sistema de cortes o cilindros, huecos profundos de donde se saca el material que se va a lavar. No por ser manual el trabajo es menos impactante para el ambiente, simplemente el trabajo es más lento y por tanto el daño ambiental toma más tiempo.

La fuente dijo que “allá todo es oro”: “Los niños de siete a ocho van a la mina para comprarse una galleta” y “los maestros ganan seis gramas de oro mensuales”. A pesar de lo difícil que resulta para la comunidad pagarles a los maestros, los niños no siempre asisten a clases; de 10 inscritos asisten tres; de 30 asisten cinco. Los médicos y enfermeras del ambulatorio comunitario también cobran en oro. La fuente relató que, en esos términos, las comunidades practican la minería para costear lo que el Gobierno ha dejado de pagar como le corresponde. Las propias autoridades sienten que están entrampadas. En la comunidad un kilo de harina de maíz tiene un valor de 10 Reales brasileños o 4 milésimas de oro. A finales de junio, una comisión de ACNUR visitó Apoipó para hacer un diagnóstico de la situación de la comunidad. Entregaron hamacas, cobijas, tobos, linternas y mosquiteros.

Para ver un video de imagen satelital de las minas de Apoipó y la afectación tanto del río como de la sabana vea esta publicación de marzo del 2020.