La salud en amazonas en terapia intensiva.
Puerto Ayacucho, la capital del estado Amazonas, tiene una población estimada en más de 130 mil habitantes, y solo cuenta con un hospital donde se atienden las emergencias básicas; cualquier caso que pudiera ser considerado grave, debe ser remitido a otras ciudades del país. El hospital Dr. José Gregorio Hernández no cuenta con equipo de Rayos X, no hay tomógrafo, ni equipos de resonancia magnética. Un paciente que amerite una tomografía o resonancia debe ser trasladado a San Fernando de Apure. Tampoco cuenta con cuidados intensivos, la sala que existe es de cuidados intermedios.
Hasta el año 2023 funcionó dentro del hospital una farmacia de la ONG Médicos Sin Fronteras, quienes durante un tiempo se encargaron de la entrega de dotaciones y medicamentos para la atención de pacientes hospitalizados. Pero al día de hoy, los pacientes deben comprar sus medicamentos para recibir tratamiento médico.
Esa es una situación muy grave, no todos cuentan con el dinero para cubrir gastos médicos. También hay que tomar en cuenta que en ese centro de salud se atienden las emergencias de los habitantes de las comunidades indígenas, y de los municipios del interior del estado. Muchos llegan sin conocer a nadie, y en pleno 2024 muchos son marginados o no atendidos por ser indígenas. El centro de salud tiene más de 60 años, y también brinda atención médica a personas provenientes de pueblos y caseríos cercanos de los estados Bolívar y Apure.
Existe un Hospital Materno Infantil que se especializa en la atención pediátrica, de mujeres embarazadas y nacimientos, pero de igual forma no cuenta con equipos especializados, y también allí los pacientes deben llevar sus propios insumos. En el año 2022 se reportó el fallecimiento de al menos 10 mujeres en trabajo de parto, y no hubo un pronunciamiento oficial, ni una investigación profunda. Además, es preocupante ver la condición de malnutrición de la mayoría de los niños hospitalizados en ese centro. También es importante señalar que todas las remodelaciones, adecuaciones, reparaciones y dotaciones que se han hecho en los últimos años en ambos centros de salud y en los ambulatorios, las han realizado las ONG que hacen vida activa en la ciudad.
Si la situación es precaria en la capital de Amazonas, lo es peor aún en el resto de los municipios. Algunos cuentan con espacios habilitados para ofrecer atención médica, pero carecen de cualquier insumo o equipo médico, a lo sumo uno o dos médicos para atender a toda la población. Es por ello que la mayoría busca atención médica en las poblaciones colombianas cercanas. Otra situación alarmante es la falta de médicos especialistas; en el año 2022 se contabilizaban 11 médicos especialistas, y hasta el año 2024 la situación no ha mejorado. Así se publicó en un trabajo especial que hizo la periodista Carolina Azavache para VPItv en el año 2022.
En Municipio Alto Orinoco, se registran para este período los casos más graves en materia de salud, principalmente entre comunidades Yanomami. La falta de políticas efectivas para brindar asistencia médica a todas las comunidades indígenas, ha traído como consecuencia un alto índice de mortalidad producto de enfermedades como la malaria y la tuberculosis a lo que hay que añadir registros importantes de desnutrición entre la población. Una gran cantidad de fallecimientos, ha obligado a la población a solicitar ayuda con carácter de urgencia. No obstante, las denuncias realizadas por la población indígena, a la fecha las Autoridades de Salud no manejan cifras oficiales, ni se han hecho un pronunciamiento serio.
La grave situación en la parroquia Parima, Municipio Alto Orinoco, Reserva de Biosfera Alto Orinooo Casiquiare, en el Parque Nacional Parima Tapirapeco ya había sido denunciada de manera formal por medio de una comunicación dirigida a la Vicepresidenta para Ciencia, Tecnología, Educación y Salud Gabriela Jiménez por la Organización Horonami.
En la citada comunicación, señalan que desde inicio del año 2023 a la fecha han fallecido 260 personas, además, en la comunicación hacen otros planteamientos, referidos a la escasez de insumos y personal médico, abandono de las instalaciones y la presencia de mineros en distintos puntos del área, relacionando esta presencia con contaminación y fuente de las enfermedades que padecen. Muy probablemente, esta presión ejercida por los mineros también sea una de las causas de la disminución importante de las presas que usan estas comunidades para su dieta, lo que no solo aumenta su dependencia de alimentos foráneos, sino también sería la causa de los fuertes cuadros de desnutrición observados.
Del mismo modo, esta emergencia sanitaria ha sido denunciada desde el mes de enero por organizaciones como SOS Orinoco: En últimos meses del 2023 al menos 85 indígenas #Yanomami fallecieron por #malaria en varias comunidades de la Sierra Parima: Momoi (7), Aranai (8), Araopë (11), Tootoomopë (6), Shitari (4), Irota (13), Teitei (5), Shamauka (2), Jimoi (3), Parima C (2), Takarama (5), Torita (7), Urarukere (3), Mañuwë (4), Wanaka (3), Sherekasi (2).
Ante estas denuncias, el gobernador del estado Amazonas Miguel Rodríguez, se pronunció desmintiendo lo formulado por SOS Orinoco, a una periodista que lo entrevistó en Puerto Ayacucho, sin embargo, el 25 de enero hizo una publicación en Facebook, que de manera textual dice: “Hermanos Yanomamis reciben atención médica en comunidades de difícil acceso 180 hermanos y hermanas yanomamis en el Alto Orinoco, entre niños, adultos y adultos mayores en la comunidad de Cejal, recibieron atención médica por parte del Ministerio de Salud.
Ante este desmentido, SOSOrinoco puntualiza que la crisis denunciada puede verse reflejada en la cantidad de muertes reportadas en las comunidades del Municipio.
En respuesta, la Dirección Regional de Salud, envió un equipo médico hasta la comunidad de Parima B y así lo reseñaron en su cuenta de redes sociales:
"Hoy martes 13 de febrero de 2024, la Dirección Estadal de Salud, dirigida por la Autoridad Única de Salud, Dra. Joskany La Rosa, realizó el envío de un equipo profesional de salud al Municipio Alto Orinoco, específicamente a Parima B, ubicado en el estado fronterizo de Venezuela. Las comunidades de difícil acceso serán atendidas en salud, en cuanto a la vigilancia epidemiológica como malaria, salud respiratoria, dengue, enfermedades inmunoprevenibles, infección de transmisión sexual (ITS), entre otros servicios que son importantes y priorizados para fortalecer el Sistema Público Nacional de Salud (SPNS)."
Y para el 23 de febrero el Gobernador se trasladó a la población de la Esmeralda, capital del Municipio Alto Orinoco, para acompañar una jornada de salud en diferentes parroquias de ese municipio, acción que fue reseñada en Facebook.
No obstante, las denuncias sobre la crisis en el Alto Orinoco continúan, a través una cuenta en la red social Facebook llamada Sierra Parima, el 13 de marzo, también postearon lo siguiente: “Hola a toda mi gente de Amazonas... hacemos un llamado de atención a las autoridades competentes de nuestro estado ya que en nuestra comunidad estamos sufriendo diferentes enfermedades como lo son: paludismo, amibiasis, entre otras...aclaro que el personal médico está en la zona pero se quedaron se agotaron los insumos médicos debido a la gran cantidad de afectados... necesitamos medicina y comida por favor."
Para el 16 de marzo, el periodista Fritz Sanchez, a través de su cuenta en X, @Fritz_A_Sanchez, señala “Comunidades yanomami del Alto Orinoco alertan sobre la alta mortalidad que vienen sufriendo -más de 260 fallecidos desde el 2023-, a causa de malaria, tuberculosis, desnutrición y otras patologías que no saben identificar."
Alli se recomienda leer el artículo de la Dra. Grillet, para entender la correlación entre Minería Ilegal de Oro, Malaria y Salud Yanomami (Brasil-Venezuela) @mgrillet. Así como revisar otro trabajo que es el storymap de @VE360_ sobre la minería en Venezuela como factor para el aumento de la malaria!
Si bien es importante señalar que existen serias dificultades para acceder al Alto Orinoco: el espacio aéreo está restringido sólo para la aviación militar y ya no quedan empresas de transporte aéreo privadas en Amazonas. Los costos y las distancias por vía fluvial también son un impedimento que hace muy difícil verificar los datos y situaciones que viven nuestras comunidades indígenas, y llevar una información oportuna sobre todo en los casos de salud. No obstante, estas “restricciones” no aplican para las autoridades gubernamentales, por lo que no pueden ser excusas para la falta de atención efectiva y oportuna.
Por otra parte, la asociación civil Kapé Kapé en una de sus publicaciones, señaló lo siguiente: Joskany La Rosa, Autoridad Única de Salud del estado Amazonas, no negó la existencia de casos, sin embargo, no aportó datos de cifras o algún deceso relacionado con la enfermedad. La autoridad sanitaria de la región recalcó que equipos multidisciplinarios han estado en la zona de Parima B a finales de 2023 y a principios de 2024 y que están preparando un nuevo abordaje de la zona.
El gobernador Miguel Rodríguez también se ha referido al tema en su cuenta de Facebook, asegurando que el Estado venezolano está atendiendo a las comunidades indígenas y que se han entregado tratamientos antimaláricos. El mandatario amazonense agregó que “se atendieron a 12.081 indígenas yanomamis en el último trimestre, proporcionándoles atención médica integral y cuidados necesarios para su bienestar en comunidades remotas de difícil acceso”.
La falta de cifras oficiales y boletines epidemiológicos dificulta conocer la situación real por el difícil acceso a la zona, lo cual obstaculiza la verificación de la información.
La situación es alarmante y más cuando se ha incrementado la presencia de mineros. La población yanomami y ye’kwana es una población vulnerable, que está viendo cómo sus tierras ancestrales son invadidas por criollos, particularmente brasileños y colombianos. Las poblaciones indígenas están sufriendo enfermedades bajo la desatención del Estado Venezolano, que no cumple con llevar salud a los lugares más recónditos de la geografía nacional.
Existe un plan de salud apoyado por el Centro Amazónico de Investigación y Control de Enfermedades Tropicales (Caicet) y financiado por el Programa de Eliminación de la Oncocercosis de las Américas (OEPA) y el Centro Carter, que tiene algunos años ejecutándose en poblaciones remotas del Alto Orinoco. Hoy por hoy, mantienen un despliegue técnico y humano en zonas como Parima, Ocamo, Hashimu, Coyowe, Simarawoche, entre otras, con la finalidad de prevenir, controlar y curar enfermedades como la oncocercosis y la malaria, pero el cual es aún insuficiente.