Minería ilegal, esclavitud infantil

Un alarmante informe sobre trabajo infantil en el estado Bolívar ha sido publicado recientemente por Alejandro Álvarez, investigador del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Católica Andrés Bello (CDH-UCAB) Guayana. En un artículo publicado en el diario Tal Cual, Álvarez expone que al menos 1,300 niños y niñas están sometidos a condiciones laborales extremas en las minas de la región.

Según la investigación, estos menores enfrentan jornadas laborales que exceden las 12 horas diarias, durante las cuales se ven obligados a cargar pesos excesivos para su edad y desarrollo físico. Además, operan maquinaria artesanal peligrosa, como grúas y poleas improvisadas, utilizadas para el descenso y ascenso de personas en las minas, poniendo en grave riesgo su integridad física.

Álvarez reiteró esta denuncia con motivo del Día Mundial contra la Esclavitud Infantil, conmemorado en abril. El investigador subraya que, de acuerdo con testimonios provenientes de diversas zonas mineras de Bolívar, los menores de edad están siendo víctimas de lo que se puede calificar como esclavitud moderna en estos entornos.

Lo más preocupante, según Álvarez, es la normalización de esta situación, lo cual contribuye a su invisibilización. Esta aceptación tácita del problema dificulta la implementación de medidas efectivas para proteger a estos niños y niñas, perpetuando un ciclo de explotación y violación de sus derechos fundamentales. La situación demanda una acción urgente y concertada por parte de las autoridades y la sociedad civil para poner fin a esta forma moderna de esclavitud infantil en las minas de Bolívar.

Fuentes locales confirman la situación

El 30 de abril de este año, una fuente del Sector 7-Icabarú nos informa que entre Icabaru y Santa Elena de Uairén pasan aproximadamente de 2000 a 3000 niños, niñas y adolescentes que trabajan en las minas o en áreas relacionadas como la venta de combustible. La fuente comenta que “algunos, quizá la mitad del día, otros a tiempo completo y los que estudian, sueltan los cuadernos y "pa'la mina". Y en el resto de Guayana es igual. Yo creo que el 20% mínimo de la gente que está en la mina son menores de 15 años”. La fuente ha sido comprador de oro y diamantes en la zona durante más de 40 años.