Puntos de control indígena en Atabapo.

Las actividades extractivistas mineras en el municipio Atabapo del estado Amazonas, han traído como consecuencia la instalación de puntos de control indígenas, o alcabalas, con la finalidad de cobrar una especie de peaje a todos los que navegan por el eje fluvial del río Orinoco.

Estos puntos nacieron debido al incremento de las actividades mineras, siendo que los indígenas buscan sacar algo de provecho del negocio ilegal que significa la minería y el contrabando. Sin embargo, desde sus inicios esto tuvo que ver con la falta de políticas públicas y la desatención del Estado: "Nos organizamos por sectores y nos turnábamos para estar en el punto de control, la finalidad era, que con el dinero recaudado podíamos comprar lámparas para el alumbrado, hacer arreglos de tuberías, queríamos resolver los problemas de nuestros sectores, que las autoridades no solventaban", señaló un habitante de San Fernando de Atabapo que pidió no ser identificado.

A la fecha se contabilizan más de 60 puntos desde la Boca del Orinoco o Estrella Fluvial del Sur hasta la Boca del Cunucunuma. Lo más grave de la situación es que a pesar de todas las actuaciones de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana para frenar o erradicar los negocios ilícitos en ese sector, los puntos se han mantenido, y la situación es preocupante por cuanto no solo deben pagar peaje quienes trasladan insumos o mercancía, sino que los indígenas que deben movilizarse hasta sus municipios también son obligados a pagar en dichas alcabalas.

Juan Azavache, atabapeño y líder indígena del municipio Atabapo, en entrevista para El Radar de Amazonas hizo un llamado a las autoridades del Estado, en vista de que, para él, los puntos han tomado otro rumbo. "… No es el deber ser, están cometiendo un delito, hay muchas maneras de sobrevivir y no estar en esos puntos maltratando a nuestra misma gente. Es preocupante porque estamos yendo a un deterioro social, donde verdaderamente vamos a llegar a tener cosas que lamentar".

Por otro lado, Vilma Luna, presidenta del Concejo Municipal de Manapiare, también denunció el cobro que les hicieron en un punto de control cuando se dirigían hacia su municipio, y que los obligó a regresar a San Fernando de Atabapo:  “nos encontramos con el primer punto que está en la Boca de Atabapo, en el cual nos estaban cobrando dos millones de pesos para subir a nuestro municipio, era el primer punto, imagínense ustedes cuántos puntos hay”. La concejal señaló que en la embarcación iban niños, una mujer embarazada y que transportaban comida; "llevamos alimentos para nuestros niños de nuestro municipio, el cual se estaba mojando porque hay lluvia todos los días".

Para la concejal Luna, también es preocupante que quienes están en esos puntos no reconozcan a ninguna autoridad, ya sea militar o civil, "sabemos que eso es ilegal, están cobrando impuesto a alto precio, y que tenemos que pagar nosotros los mismos indígenas de aquí del estado Amazonas, de las comunidades indígenas más que todo de Alto Orinoco y Manapiare, que somos los que subimos por ese río Orinoco estamos siendo atropellados por nuestros hermanos indígenas".

Es importante mencionar que dichas alcabalas no son supervisadas por nadie, hay gente armada en las mismas, y eso ha ocasionado muchos incidentes, incluyendo heridos, tal como lo reseñó la Organización Civil Kapé Kapé

Ante la gravedad de la situación, en una nota publicada en el Radar de Amazonas, el Coordinador de la Organización Regional de los Pueblos Indígenas de Amazonas ORPIA, Eligio Dacosta, señala: “Es una situación que ha llegado al límite de vulneración de derechos entre los pueblos indígenas, es una situación bien delicada, esa gente que está allá también tiene familia; como organización estamos convencidos de que la solución tiene que ser entre todos; estado, organizaciones indígenas y militares"

Por otro lado, habitantes de otros sectores señalan que existe una vía alterna, a través de una carretera desde el caño Caname del río Atabapo, que conecta con San Antonio, un punto de la guerrilla colombiana que sirve como centro de acopio de combustible, víveres e insumos. Desde allí, ellos se movilizan hacia el río Cunucunuma, en el municipio Alto Orinoco. Actualmente, se contabilizan más de 60 puntos de control indígenas, además de los puntos de control de la FANB y el Seniat.

Para finalizar, es importante que las autoridades civiles y militares busquen una solución a la problemática que se presenta con la instalación de esos puntos, que agrava las relaciones entre los mismos indígenas y que está ocasionando una profunda distorsión de los pueblos indígenas ubicados a orillas del Orinoco, influenciados por costumbres y negocios ajenos a su identidad cultural.