Observatorio socioambiental
Cuarta edición
Es esperable que en los próximos meses se siga profundizando la crisis socioambiental que tiene su expresión en alta incidencia de enfermedades asociadas a la minería, en accidentes mineros, en enfrentamientos entre bandas por el control de las minas, y en enfrentamientos entre cuerpos policiales para apoderarse de cargamentos de oro.
Tendencia
La situación política actual, con un gobierno de facto y que abiertamente ha desconocido el resultado electoral, hace que sea más difícil predecir una continuidad lineal de lo que ha venido ocurriendo en los últimos meses, ya que la falta de sustento político y ciudadano del régimen puede conducir a situaciones inesperadas, a la profundización de los desequilibrios económicos, a mayor represión, a una pérdida de control sobre bandas armados y otra serie de imponderables que tendrían repercusión en la crisis socioambiental.
Es esperable que en los próximos meses se siga profundizando la crisis socioambiental que tiene su expresión en alta incidencia de enfermedades asociadas a la minería (malaria y leishmaniasis principalmente), en accidentes mineros y en enfrentamientos entre bandas por el control y manejo de las minas. Igualmente, a los enfrentamientos entre cuerpos policiales, a fin de apoderarse de cargamentos de oro.
Es posible que continúen los operativos militares de supuestos desalojos de mineros ilegales, especialmente en Caura y en sectores de Amazonas más alejados de Yapacana. Sin embargo, es probable que la misma falta de apoyo político del régimen le conduzca a ser aún más permisivos con toda esta minería ilegal en búsqueda de apoyo social entre los mineros, y que cesen o disminuyan los operativos, así sean operativos “fachada” y que no conducen a ningún efecto duradero sobre el terreno. También esta inestabilidad podría empujar a una profundización del esquema minero delictivo, a fin de obtener recursos rápidos ante cualquier eventualidad adversa.
El descabezamiento de la cúpula de la Corporación Venezolana de Minería no creemos que conduzca a cambios sustanciales, y menos aún positivos, en materia minera o ambiental. El nuevo jefe de este sector, Hector Silva, quien además de presidente de la Corporación Venezolana de Guayana, es también Ministro de Desarrollo Minero Ecológico (ente al cual está adscrita la Corporación Venezolana de Minería) y presidente de Minerven, lo que lleva es a predecir una profundización del modelo extractivista informal e ilegal que le ha dado buenos resultados a la cúpula del régimen hasta la fecha.
No es previsible tampoco que se le ponga coto a la minería realizada bajo la complicidad de la Guardia Nacional Bolivariana en el Alto Orinoco, ni a la crisis sanitaria que se ha desatado en esta remota zona del estado Amazonas, así como tampoco a la ya endémica crisis sanitaria del Delta del Orinoco.