Guyana - Venezuela: soberanía en disputa y extractivismo en expansión
La tensión en la fachada atlántica ha escalado peligrosamente al cierre de 2025. Mientras la narcodictadura utiliza el reclamo del Esequibo como bandera de propaganda interna, en el tablero geopolítico real Venezuela cosecha derrotas diplomáticas y exhibe un comportamiento de "vecino agresor" que justifica la militarización extranjera en la región.
El mensaje de los Harrier II y la reelección de Ali
La toma de posesión del reelecto presidente de Guyana, Irfaan Ali, fue un despliegue de fuerza inusual. Dos aviones de combate AV-8B Harrier II de la Fuerza Aérea de Estados Unidos escoltaron la ceremonia desde el aire, un mensaje disuasivo directo hacia Miraflores. Ali, fortalecido, se reunió de inmediato con el subsecretario de Defensa de EEUU, Joseph M. Humire, ratificando que la defensa de la soberanía guyanesa es la prioridad central de su nuevo mandato.
Este blindaje ocurre luego de que Ali denunciara un acto de hostilidad directa: el ataque desde Venezuela a una lancha que transportaba material electoral y escolta militar en zonas remotas del Esequibo, un incidente que el régimen intentó ocultar.
Padrino López: Amenazas ante la impotencia
Frente a la alianza militar entre Georgetown y Washington, la respuesta del Ministro de Defensa del régimen, Vladimir Padrino López, fue la amenaza regional. En una declaración que eleva la temperatura en el Caribe, advirtió a los gobiernos de Guyana y Trinidad y Tobago: "Si nos llegan a atacar desde sus territorios, ustedes recibirán respuesta en legítima defensa". Una retórica que busca externalizar el conflicto para tapar la vulnerabilidad interna.
La Commonwealth y el jaque mate en la CIJ
En el frente legal, el aislamiento es total. La Commonwealth, bloque de 56 naciones con peso histórico global, reiteró su respaldo absoluto a Guyana y a la autoridad de la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Al reconocer la sentencia de diciembre de 2020 y la validez del proceso sobre el Laudo Arbitral de 1899, la comunidad internacional deja claro que no valida la diplomacia de micrófono de Maduro. La disputa se resolverá en La Haya, escenario donde la dictadura ha demostrado incompetencia y negligencia.