Saqueo canadiense y el puente aéreo criminal hacia Port Kaituma
La defensa del Esequibo por parte de la narcodictadura no pasa de la retórica televisiva. En la realidad profunda de la selva, la soberanía es inexistente y el territorio está siendo descuartizado por intereses transnacionales y rutas logísticas criminales que operan con total libertad en las narices de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.
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Un reporte desgarrador proveniente de los bosques profundos del Esequibo revela la tragedia de las comunidades indígenas que habitan las tierras tituladas en 1976. Durante décadas, estas comunidades sobrevivieron con minería artesanal de subsistencia, pero la llegada del capital extranjero ha cambiado las reglas del juego.
Denuncias recientes confirman que el empresario guyanés Wayne Viera, en alianza con la corporación canadiense Alario Gold Corp, está ejecutando operaciones de mediana escala que han dividido y destruido el territorio común. Lo que antes era sustento, ahora es devastación industrial. Mientras el régimen gasta millones en conciertos por el Esequibo, empresas de Canadá y Guyana saquean el oro y desplazan a los indígenas sin que exista una sola acción real de Caracas para impedirlo.
El puente aéreo hacia Port Kaituma
La ausencia de control estatal también se evidencia en los cielos. El 30 de noviembre de 2025, un ciudadano alertó sobre un movimiento inusual en la frontera: durante tres días consecutivos, se observó una fila de aviones pequeños volando sobre la Guayana Esequiba con destino a Port Kaituma, una localidad estratégica muy cercana al límite venezolano.
Este tráfico aéreo constante sugiere la consolidación de una ruta logística para el abastecimiento de enclaves mineros ilegales o el narcotráfico. Que una flota de aeronaves pueda operar de esta manera en una zona supuestamente "militarizada" y de "alta prioridad" para la defensa nacional, demuestra que el Esequibo es, en la práctica, una zona franca para el crimen organizado.