Territorio Warao asediado por los grupos armados

El Delta del Orinoco, hogar ancestral del pueblo warao y una de las regiones más ricas en biodiversidad de Venezuela, se encuentra bajo el asedio de la anarquía y la violencia. Lejos de la atención nacional, grupos armados irregulares han impuesto su ley, transformando este estratégico territorio en un corredor para el crimen organizado.

Una investigación de FundaREDES documenta cómo grupos armados controlan los caños y zonas ancestrales, identificando la presencia del ELN, disidencias de las FARC y el "Sindicato de Barrancas". Su interés no es casual: la posición geográfica del Delta, con salida directa al Océano Atlántico y cercanía a Trinidad y Tobago, lo convierte en una ruta invaluable para el tráfico de drogas, mercancías ilícitas y personas.

Un reciente reportaje de Armando.Info profundiza en esta realidad, describiendo cómo los nuevos “colonos” del Delta del Orinoco acechan Santa Catalina. Se trata de decenas de hombres armados, que se identifican como excombatientes de las FARC, quienes se mueven con total libertad, aseguran tener el permiso del gobierno de Caracas y dominan el tráfico fluvial. Han tomado control de una zona estratégica, desplazando a las comunidades locales y usurpando el territorio.

A esta crisis de seguridad se suma la vulnerabilidad climática y la ausencia de respuesta estatal. Mientras los grupos armados se expanden, las comunidades locales enfrentan solas las inclemencias de la naturaleza. Debido a la crecida del río Orinoco, familias en Araguaimujo han tenido que tomar una escuela para refugiarse, a la espera de una ayuda gubernamental que no llega.

Entre la violencia de los grupos armados y la indiferencia del Estado ante las emergencias naturales, el pueblo del Delta Amacuro lucha por sobrevivir en un territorio donde la ley es impuesta por las armas.